lunes, 18 de septiembre de 2017

CÓMO HABLAR CON TU ORDENADOR. APRENDE A PROGRAMAR.

Desde que en 2013 los hermanos Partovi pusieron en marcha Code.org, cada vez más figuras influyentes han apoyado la enseñanza de la programación en los colegios como una materia fundamental para el siglo XXI. Presidentes del gobierno, magnates empresariales y figuras mediáticas han cedido su imagen para concienciar al mundo entero sobre la importancia de la programación en la sociedad del nuevo siglo.

Las ventajas del aprendizaje de la programación suponen la estructuración de los procesos mentales, entrenamiento en atención mantenida y obtención de resiliencia frente a los fracasos. A esto se une la innegable comprensión de los procesos que ocurren en los dispositivos, que cada día inundan nuestra vida corriente.

Poca gente sabe que los primeros programadores de la historia fueron mujeres, de las cuáles la primera reconocida en los libros de texto era la hija del poeta inglés Lord Byron, Miss Ada Lovelace. Desde las pesadas tareas de perforar las tarjetas de papel en código máquina hasta la programación por objetos actual, ha pasado más de dos siglos de historia.



Para comenzar, podemos decir que programar es establecer un conjunto de instrucciones que una máquina ejecutará secuencialmente (una detrás de otra) o en paralelo, según un conjunto de normas sintácticas establecidas previamente. Una analogía muy útil es la de cocinar, pues el programa sería una receta, en un lenguaje dado, que un cocinero va ejecutando según las normas básicas de higiene y orden. Así, por ejemplo, la receta dirá que para hacer un huevo frito se debe echar el huevo en un sartén con aceite caliente. Sin embargo, las normas de comportamiento le han enseñado que no debe dejarlo caer bruscamente para no convertir la receta en huevos revueltos.

Cualquier programa surge de una necesidad que hay que cubrir. Así, si queremos resolver nuestra necesidad de comer habrá que establecer la secuencia de pasos para que nuestro "cocinero automático", pueda resolverlo. La solución al problema se llama ALGORITMO, que es la receta del plato que queremos cocinar. Así, la receta de "freír un huevo" es un algoritmo que soluciona el problema del hambre para muchos "rodríguez" que pasan solos parte del verano.

Los algoritmos se suelen representar mediante diferentes técnicas, siendo las más habituales el PSEUDOCÓDIGO y los DIAGRAMAS DE FLUJO. El primero es una especie de programa en lenguaje humano, que establece la secuencia de acciones a realizar para resolver un problema. El segundo hace uso de unos símbolos estandarizados para crear una secuencia ordenada de instrucciones.



Una vez en este punto, el programador debe elegir el tipo de LENGUAJE DE PROGRAMACIÓN a utilizar para crear su programa. Hasta ahora no hemos escrito ni una línea de código. Por cierto, los programas están realizados mediante líneas de código, unas detrás de otra, siendo común el uso de números que ordenan la posición de estas líneas para facilitar su identificación posterior.

Cada lenguaje tiene un conjunto de instrucciones particular que, unido a su sintaxis, permiten escribir los programas finales a ejecutar en los ordenadores. La sintaxis es un conjunto de reglas de escritura similares a las que rigen el español y que, por ejemplo, obligan a poner un punto al final de las frases.



Así, que ya sabéis, si deseáis comer bien primero debéis buscar un algoritmo, luego representarlo mediante su diagrama de flujo para posteriormente poder escribir el código adecuado que os permita resolver el problema. Siempre podéis comer algo de comida rápida, pero nada sabe mejor que un buen plato cocinado por uno mismo. ¡Hasta pronto!


J. Carlos Avendaño
Club Tecnológico


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