Según la
RAE (Real Academia Española) la tecnología es el conjunto de teorías y técnicas
que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. Más
extensa es la definición de la Wikipedia: la tecnología es el
conjunto de conocimientos técnicos, científicamente ordenados,
que permiten diseñar y crear bienes, servicios que facilitan la adaptación al
medio ambiente y la satisfacción de las necesidades esenciales y los deseos de
la humanidad.
En la
sociedad actual la tecnología se ha vuelto de uso masivo en todos los rangos de
edad. Como muestra, podemos recordar que el 70% de los niños españoles entre 10
y 15 años tienen teléfono móvil y más del 95% acceden a Internet habitualmente,
según datos del Instituto Nacional de Estadística.
En la otra cara de la moneda somos una sociedad que no entiende el funcionamiento de la tecnología. La OCDE nos muestra una estadística preocupante en el 2016, donde menos del 30% de la población se muestra digitalmente capaz. Entre los menores de 25 años este porcentaje aumenta, pero no sobrepasa el 40%. Es un signo claro de falta de capacitación en los medios.
A esto se
unen los riesgos de las nuevas
tecnologías, entre los que los expertos destacan acceso a contenidos inapropiados,
riesgos de robo de identidad, contactos peligrosos y estafas en comercio
electrónico además de aislamiento social, dependencias y adicciones junto
con problemas neurológicos como
disminución de la atención, impulsividad y problemas de memoria.
De este
modo tenemos el cóctel perfecto para un problema que actualmente se cierne
sobre el 80% de la población mundial.
Aún cuando
nos refiramos a las tecnologías antiguas, podemos observar cómo el
desconocimiento generalizado de las mismas supone un mal uso que origina daños
al medioambiente y riesgos personales por falta de cualificación.
No se trata de intimidar a nadie, sino de prepararse ante los efectos de los cambios que están teniendo lugar desde la Revolución Industrial. Por esta razón es importante aprender cómo funciona nuestro mundo. De este modo dejaremos de ser simples consumidores y seremos creadores que controlan y deciden sobre el rumbo de su vida.
Esta labor es doblemente importante sobre los futuros adultos pues la velocidad de desarrollo de la tecnología se ha incrementado de forma importante en los últimos 30 años. La labor de enseñanza debe empezar desde jóvenes para alcanzar una auténtica concienciación y conocimiento.
Esta tarea mueve el Club Tecnológico y desde aquí deseamos aportar un granito de arena que permita alcanzar el objetivo final con estos jóvenes y sus familias: aprender a construir su futuro.
J. Carlos Avendaño Cuéllar
Padre, profesor y blogger
No hay comentarios:
Publicar un comentario